lunes, 4 de mayo de 2015

Lunes otra vez.




  Llegamos al día que ayer por la tarde temimos, el comienzo de una semana incierta que nos deja elegir. Pero nuestra zona de confort se relame mientras nos abduce en la queja.

  Refugiados en la indignación, autómatas, leemos los diarios, recuento de muertes, robos, desidias.
Nos sorprendemos, nos alarmamos, nos creemos todo, incluso creemos que estamos de un “lado” y no del "otro". - ¿Cómo puede ser tanta falta de empatía?  Nos preguntamos con gesto horrorizado. -¿Cómo puede existir gente así? Meneamos la cabeza de izquierda a derecha. Simples espectadores de una comedia trágica, victimas conscientes.  

  Poco dura el asombro, muy poco. Raudamente nos transformamos en algo parecido a lo que decimos repudiar. En la calle, la oficina, el supermercado, el bar, en casa. Infringimos violencia, menospreciamos, ignoramos, buscamos chivos expiatorios para nuestra angustia contenida. Y creyendo hacer justicia, malogramos la ley divina del perdón, de la mano tendida, del entendimiento.


  Lunes otra vez. Cerremos los diarios. Todos. Los amarillos, los naranjas, los celestes.
Cerremos los diarios y abramos un poquito el corazón.
                                                                                                                  Fanny López
 

sábado, 2 de mayo de 2015

El tiempo de tener tiempo.



   Rodolfo tiene tiempo. Va al mercadito, y saluda con un "Buen día" bien pronunciado. En el pueblo apenas lo conocen pero todos se esmeran en devolver la gentileza.   

  Elige con paciencia lo que va a llevar; yerba, un dulce de leche, y levadura. Quiere hacer pan casero para la merienda.

    Camina tranquilo, mira las baldosas, distingue los árboles, escucha a un Benteveo y su canto le provoca risa. “…Bicho feo, bicho feo…”. Rodolfo piensa sonriendo - ¿De dónde me conoce el pajarraco éste?

    La casa es sencilla, pero tiene lo necesario. Un amor, un gato, una chimenea, un jardín. ¿Qué más puede necesitar un hombre?  Sus días ahora pasan vívidos, sutiles, sin apuro, con canciones y cielos bien abiertos. 

    Hace dos meses se marchó de la ciudad, hace dos meses que se eligió a pesar de los pronósticos tremebundos que le adjudican a aquel que toma grandes decisiones. Y ahora, está un paso adelante de quienes corren, porque él, ya no tiene apuro por llegar.

                                                                                                                                   Fanny López.

                                                                                                                             
                                                                         
FOTO: JOAQUÍN BARCELONA