domingo, 17 de noviembre de 2013
Diálogo de dos hermanos
- Veinticinco pinos, tres araucarias y un ciprés. Te juro que los conté. Esa era la distancia exacta entre mi puerta y el rio. En primavera el deshielo lo hacía crecer, los bordes se ponían pantanosos; y cuando el sol se escondía, las sombras formaban figuras y la belleza se tornaba entre deliciosa y lúgubre.
-[...]
- Si tenés razón, es raro, porque después de algunos años y a la distancia, la perspectiva me hace sentir que cada uno de esos espacios y momentos, son parte de la invención de mis deseos, como si en realidad, fuesen fragmentos sueltos y azarosos de alguna película perdida. A veces la nostalgia me llena de imágenes el cielorraso, y semejante proyección me dificulta dormir, pero comprendo, que para formar recuerdos es necesario desarmarse.-
-[...]
-Si Julia, desarmarse. Dejar partes de uno en cada historia. Ya no volvés a estar completo nunca mas. Pedazos de tu voz o de tu piel, quedan en otros aires y en otra gente.-
-[...]
-Te lo prometo, ya lo vas a entender. Cuando una tarde te encuentres mirándote en el espejo, y te des cuenta de que algunas hebras de tu pelo se quedaron volando, enredadas, entre las plumas de las Bandurrias.-
sábado, 5 de octubre de 2013
¿Qué ves?
Las cortezas guardan secretos que les son
develados, no sin una pizca de zozobra, a todos aquellos que van por la vida
pidiendo más pruebas, innecesarias, para esa certeza que les ocupa el alma. Saben,
que no solo existe lo que ven.
El mundo que no se manifiesta visualmente en la materia cotidiana es más amplio, eterno y espléndido, que el que captan sus condicionados ojos.
Con la fe encendida y un asombro gustoso, esperan hallar gestos y sonrisas.
Es hermoso saber que uno no está solo.
El mundo que no se manifiesta visualmente en la materia cotidiana es más amplio, eterno y espléndido, que el que captan sus condicionados ojos.
Con la fe encendida y un asombro gustoso, esperan hallar gestos y sonrisas.
Es hermoso saber que uno no está solo.
viernes, 4 de octubre de 2013
Acerca de por qué nos encontramos
Se dice que en las expiraciones
forzadas al llenar un globo, una fracción
de nuestro ser pasa a formar parte de ese gaseoso
interior. Y cuando el látex, producto de la picardía de un niño caprichoso, o
de un exceso de calor, explota; pequeños suspiros de nuestra presencia quedan
desperdigados por ahí.
Aquellos que caen al suelo, suelen enredarse en los
cordones de los mocasines lustrados; los que corren la fortuna de flotar, se
prenden a la sonrisa de alguna dama morena o a los cabellos de los niños.
Directamente proporcional a las veces que
hayas inflado un globo, será la frecuencia con la que te encuentres con una
parte tuya, por ahí, en cualquier lugar
entre la gente.
martes, 24 de septiembre de 2013
Grietas
Hoy, alguien me preguntó por qué en los diarios no aparecen las buenas noticias.
Me quedé un rato pensando y le fui preguntando a la
gente que me crucé en el día.
Algunos me dijeron que es
porque sino no venden y que los medios ofrecen el material que les demandan. "Lo que la gente espera leer" argumentando que, para que un diario no sea vendido debe existir irremediablemente alguien que no lo compre, por lo que la responsabilidad del contenido del mismo
y el éxito de su material no es del medio, sino del ser que lo adquiere; otros
en cambio, desacreditaron de manera pesimista
el albedrío de las personas, sosteniendo que son los medios los encargados de
moldear las ideas de todos, a gusto de los designios de su humor e intereses.
Leemos
las peores desidias y nos lamentamos a la pasada de atrocidades que no somos
siquiera capaces de imaginar.
¿En qué momento permitimos que el dolor se
convirtiera solo en una charla de supermercado? No lo sé, pero sospecho que fue
a partir del instante en que nos conformamos. El día en que dejamos que lo superfluo
ocupase la góndola de las necesidades básicas.
No creo que una persona individualmente pueda cambiar el mundo, pero si confío en la suma de voluntades, en
modificar la órbita de uno, en ser mejor persona en los detalles, en saludarnos, mirarnos, sonreír más, respetar lo público, promover la conciencia ambiental, hablar
en lugar de gritar, escuchar más de lo que hablamos, en educarnos y en ser
generosos con nuestros conocimientos, en valorar las diferencias y sobre todo, en utilizar la llave que abre todas las
puertas del entendimiento: La empatía.
En las grandes ciudades,
llenas de humo y de ausencias, donde todo parece cubierto y sin lugar para la
vida, si uno mira con atención, en los rincones y en las cornisas, a través de
una grieta siempre se asoma algún brote verde y atrevido, que se abre paso entre las
adversidades.
Ese brote tiene la
ventaja de no sentirse pequeño, y aunque sea uno en la inmensidad de una pared, y nos lleve a preguntarnos cómo es que esa ramita pudo crecer ahí,
hace que la calle se vea un poco menos gris.
Confío en que todos
podamos encontrar esa grieta, aunque seguramente no vayamos a salir en los diarios.
lunes, 9 de septiembre de 2013
El hombre Libre.
No te lamentes Joaquín,
yo no estoy preso, puedo irme cuando quiera, nada altera mi elección vital de
poseerme, ni representa en mi estado
ninguna sensación contradictoria.
Soy plenamente mío porque no soy de nadie,
porque tengo filas y columnas de mundos ordenados alfabéticamente. Ayer estuve corriendo por el abrasivo calor de
medio oriente, fui ladrón y supe contar historias, hoy al despertar anduve
durante horas en una golondrina mensajera de un príncipe de buen corazón. Esta tarde tengo pensado dar un
largo paseo en globo y mirar la tierra desde la levedad del aire.
Yo no estoy preso de esta
vejez, te lo aseguro. Lo que mis piernas ya no pueden darme, lo encuentro entre
los párrafos. Soy una sinécdoque de lo que podríamos ser. Un punto y coma expectante de la siguiente
oración.
Yo no estoy preso te lo
asevero, mi alma es libre, mientras tenga ojos. Y aunque se me privase de la
vista, aun tendría el recuerdo de aquellos universos; y cuando ya no tenga ni
ojos, ni recuerdos; tendré la eternidad imaginada de todas las historias que
supieron contenerme.
Viajará suelta mi alma entre los pájaros, hasta materializarse en el desvelo inspirado de algún escritor. Reencarnaré
y seré letra, seré color y turbulencia.
Ya no te lamentes,
Joaquín. Me mantendré soberano de mis sueños, y evocando esta promesa, dispondremos
un capítulo de un libro cualquiera, donde volver a encontrarnos siempre.
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