domingo, 17 de noviembre de 2013

Diálogo de dos hermanos



- Veinticinco pinos, tres araucarias y  un ciprés. Te juro que los conté. Esa era la distancia exacta entre mi puerta y el rio. En primavera el deshielo lo hacía crecer, los bordes se ponían pantanosos; y cuando el sol se escondía, las sombras formaban figuras y  la belleza se tornaba entre deliciosa y lúgubre.
-[...] 
- Si tenés razón, es raro, porque después de algunos años y a la distancia, la perspectiva me hace sentir que cada uno de esos espacios y momentos, son parte de la invención de mis deseos, como si en realidad, fuesen  fragmentos sueltos y azarosos de  alguna película perdida. A veces la nostalgia me llena de imágenes el cielorraso, y semejante proyección me dificulta dormir, pero comprendo, que para formar recuerdos es necesario desarmarse.-
-[...]
-Si Julia, desarmarse. Dejar partes de uno en cada historia. Ya no volvés a estar completo nunca mas. Pedazos de tu voz o de tu piel, quedan en otros aires y en otra gente.-
 -[...]
-Te lo prometo, ya lo vas a entender. Cuando una tarde te encuentres mirándote en el espejo, y te des cuenta de que algunas hebras de tu pelo se quedaron volando, enredadas, entre las plumas de las Bandurrias.-