jueves, 22 de agosto de 2013

Movimiento



El miedo a ser normal como metáfora, es la antonimia de adaptarse. Hay días en que despierto más alejada de este mundo que otras veces. Y eso me convierte en una observadora amorfa de situaciones pequeñas y majestuosas. Me llevó largos minutos desconcentrarme del movimiento de las cortinas y las partículas iluminadas de polvo que desprendían en el vaivén del viento sur. 
Testigo  de magias  inenarrables y poco dispuesta a vivir el desencanto de apoyar los pies, me visto como el humor me permite y emprendo la afrenta diaria, con un exterior que no deja de agitarme.

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