El miedo a ser normal como
metáfora, es la antonimia de adaptarse. Hay días en que despierto más alejada
de este mundo que otras veces. Y eso me convierte en una observadora amorfa de situaciones
pequeñas y majestuosas. Me llevó largos minutos desconcentrarme del movimiento
de las cortinas y las partículas iluminadas de polvo que desprendían en el vaivén del
viento sur.
Testigo de magias inenarrables y poco dispuesta a vivir el desencanto de apoyar los pies, me visto como el humor me permite y emprendo la afrenta diaria, con un exterior que no deja de agitarme.
Testigo de magias inenarrables y poco dispuesta a vivir el desencanto de apoyar los pies, me visto como el humor me permite y emprendo la afrenta diaria, con un exterior que no deja de agitarme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario